Javier Swedzky

(...) "El actor debe someterse a los objetos, el teatro es el lugar de caos y de la confusión, la imbecilidad es una materia de trabajo porque todos somos infinitamente estúpidos; la gente no viene a verme y lo que yo pueda sentir, o lo que cualquier actor sienta, no importa; el humor tiene que corroer cualquier intento de solemnidad, uno es solamente el portador de un universo, las acciones tienen que ser simples, hay que estar en el presente de las cosas, hay que ser tonto y zorro a la vez y moverse en un turbio y divertido espacio que permita entrar y salir del relato".

Fragmento de la nota "Las arrugas del saco", escrita por Swedzky para el útlimo número de Saverio, dedicado al teatro de Títeres y Objetos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario