En el mismo libro hay un interesante capítulo dedicado a Bacon, pintor mencionado y compartido en clase. Acá alguno fragmentos.
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La obra de Bacon está centrada en el cuerpo humano. Éste
suele estar distorsionado, mientras que las ropas o lo que lo rodea no lo está,
o lo está relativamente menos. (…) Según el propio Bacon, las distorsiones
sufridas por el rostro y el cuerpo son la consecuencia de su búsqueda de una
manera de hacer que la pintura “llegue directamente al sistema nervioso”. Una y
otra vez se refiere al sistema nervioso del pintor y del espectador. Para él,
el sistema nervioso es independiente del cerebro. El tipo de pintura figurativa
que atrae al cerebro es para Bacon ilustrativa y aburrida.
“Siempre he intentado comunicar las cosas de la forma
más directa y más cruda que he sido capaz, y tal vez porque les llegan directamente,
porque las comprende directamente, la gente piensa que son horribles”.
Para alcanzar esa crudeza que habla directamente al
sistema nervioso, Bacon confía plenamente en lo que él denomina “el accidente”.
“En mi caso, considero que todo lo que me ha gustado de verdad ha sido el
resultado de un accidente sobre el que he sido capaz de trabajar”.
En su pintura, el accidente tiene lugar cuando el
artista hace “marcas involuntarias” en el lienzo. Su “instinto” encuentra
entonces en ellas una manera de desarrollar la imagen. Una imagen desarrollada
es aquella que es al mismo tiempo real y sugerente para el sistema nervioso.
“¿Acaso no desea uno que las cosas sean lo más reales
posible, pero al mismo tiempo profundamente sugerentes o profundamente reveladoras
de unas áreas de sensación diferentes de la mera ilustración del objeto que te
propones hacer? Al fin y al cabo, ¿no es en eso en lo que consiste el arte?”
(…)
Muchas veces Bacon empieza a trabajar en un cuadro
partiendo de una imagen fotográfica. La fotografía registra un momento. En el
proceso de la pintura, Bacon busca el accidente que convierte ese momento en
todos los momentos. En la vida, el momento que descubre todos los momentos
pasados y venideros suele ser por lo general un momento de dolor físico. Y el
dolor puede ser el ideal al que aspira la obsesión de Bacon. Sin embargo, el
contenido de sus cuadros, el contenido que constituye un atractivo, tiene poco
que ver con el dolor. Como suele suceder, la obsesión es una distracción y el
contenido real reside en otra parte. (…)
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