Infinitas posibilidades

En la búsqueda de posibles personas a las que prestarles cuerpo y mente, se nos ocurre pensar en las tan delirantes vidas de algunos de esos artistas tan admirados donde se junta el respeto por la obra, el amor, el sacrificio de una existencia que persigue un ideal artístico hasta sus últimas consecuencias. La lista es infinita. Hay muchas películas inspiradoras sobre la vida de... Ni hablar de las biografías, la correspondencia, los diarios... Materiales que aúnan una verdad histórica y una verdad creativa y que bien pueden sostener una línea de investigación personal que luego se convierta en lo que uno quiera. Es decir, no hay necesidad de convertirse en Pollock, pero bien podemos pensar en un pintor que atraviesa por situaciones parecidas en su vida.

Lluvia de nombres: Anaïs Nin, Patricia Highsmtih, Carson McCullers, Truman Capote, Pollock, Modigliani... Y cualquier actor, actriz o director de cine de Hollywood en su época del "star-system". Los músicos también son expertos en tener vidas inverosímiles: Gardel, Jonnhy Cash, Kurt Kobain, Ray Charles...

Ah, otro escritor: John Cheever, de quien recién se publica una biografía que pinta bárbara. R. Fresán la comentaba en el Radar de la semana pasada y sólo con éste párrafo, ya dan ganas de saberlo todo de la vida del hombre:

"Así, el orgullo de un genio autodidacta; las agonías de un hombre que amaba, pero no podía soportar a los suyos (en especial, a su idolatrado hermano y, parece, primer amante); las poses de patricio falso y de nudista en festejos ajenos; la compulsión trepadora del adolescente provinciano y sin estudios a la conquista de Nueva York (Troppo editó Fall River, textos primerizos); la mudanza a las afueras (escenario definido por los críticos como Cheever Country); las miserias del esposo volátil y del padre feroz; las culpas del bisexual rampante y del alcohólico de mediodía; la cobardía del fugitivo inmóvil; el resentimiento y la envidia hacia sus colegas; y los pesares del cuentista profesional prisionero en la jaula dorada de The New Yorker y del novelista premiado, pero “imperfecto”, hasta ascender –justo antes de un cáncer fulminante– al trampolín más alto y ver a todos, tan pequeños, desde allí arriba".

Nota completa: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-4724-2012-07-15.html

También hay personajes secundarios de la historia que resultan fascinantes: Amelia Earhart, las hermanas Mitford, (alcanza con una sola para recorrer el siglo veinte en todos sus delirios), Temple Grandin, una autista que diseñó un montón de cosas para facilitarle la vida y la muerte a las vacas (no es joda, hay una peli con Claire Danes interpretándola) o los personajes tan geniales que resultaron ser unas primas de Jacky Kennedy sobre las que se hizo un documental allá en 1975.

Acá: http://www.youtube.com/watch?v=u0QVkzIBqdU&feature=related

Hay un brillante remake de ese documental hecho por HBO con Jessica Lange y una irreconocible Drew Barrymore, acá el trailer:

1 comentario:

  1. Muy bueno el documental sobre las primas de Kennedy. Parece una obra de Beckett.

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