Notas para la escritura del monólogo.

Acá algunas apreciaciones teóricas sobre las que reflexionar al enfrentarnos a la escritura del monólogo para nuestro personaje. Son fragmentos de un ensayo sobre poesía donde se analiza la construcción del personaje en el poema dramático y el monólogo en sí: La poesía de la experiencia, de Rober Langbaum, (Jiménez Hefernan ed., Granada, Comares, 1996).

También la teoría puede ser inspiradora.

p. 159. E. Pound. "Capturo al personaje que me interesa en el momento que me interesa, normalmente un instante de canto, de autoanálisis, de comprensión o revelación súbitas"[1].

p. 180. El pasado se convierte en un medio para obtener, para adquirir otro punto de vista extraordinario, dado que el pasado se comprende del mismo modo que al hablante del monólogo, donde éste último resulta un instrumento excelente para proyectar una perspectiva histórica.

p. 249. Mediante el alejamiento de la verdad general hacia lo excéntricamente particular, el monólogo dramático logra comunicar precisión y concreción las ideas más delicadas y genéricas, haciendo tangibles realidades tan intangibles como el espíritu de una época, una obra de arte, de una visión del mundo.
 
p. 301. Para apreciar la victoria del personaje sobre la acción en el monólogo dramático necesitamos sólo considerar los móviles que empujan a los personajes a hablar. (...) La situación dramática, en sí misma incompleta, cumple una función en última instancia autoexpresiva o lírica, lo que le da su firmeza.



[1] Carta a W. Carlos Williams, 21 oct. 1908 en Letters, D.D. Paige ed., NY., 1950, pp. 3-4.

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